Por primera vez las exportaciones en España están registrando un considerable incremento y están consolidando su posición en mercados extranjeros. Este hecho ha resultado sin duda una de las soluciones para paliar la crisis de consumo interno en la que España se vio inmersa en 2008.

Con el tiempo y siendo éste un proceso muy lento, parece que se vaya estabilizando la recuperación en el empleo y la situación de las familias en España lo que poco a poco va empujando al consumo interno. No obstante, el importante esfuerzo realizado en gran medida por la PYME española durante estos años por abrir mercado en el exterior está empezando a dar resultados y España se presenta hoy como un país con gran potencial exportador. Sin embargo, salir al exterior no es un camino de rosas, y menos ahora que se acercan nubarrones.

Desde 2014 las economías emergentes están pasando por problemas. La caída del petróleo dañó en muchos casos sus economías. Es el caso de Rusia y de Brasil. Éste último además pasó por una importante crisis política que se tradujo en la salida de la presidenta Dilma Rousseff y un cambio de gobierno.

Los siguientes focos de inestabilidad se han producido recientemente en economías más desarrolladas. Primero en Reino Unido con la victoria del Sí a la salida del país de la Unión Europea, el conocido brexit. Después ha llegado la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, con un programa de rechazo a la inmigración y de cierre económico de fronteras (salida del país de tratados de libre comercio, por ejemplo). No podemos perder de vista además el auge de políticos con ideas similares a las de Trump en lugares como Francia u Holanda.

Todo eso son focos de inestabilidad que pueden acabar afectando a algo que suena tan grandilocuente como el libre comercio. Parece lejano, sí, pero no lo es. Esos problemas se traducen en barreras que puede afectar seriamente a economías mundial. Esta inestabilidad política puede afectar a empresas españolas que estén o pretendan exportar a estos países.

Exportar es un buena salida para una empresa dinámica, moderna y que apueste por el futuro, pero se necesita disponer de una buena herramienta para poder abordar los diferentes mercados con seguridad.

Para ello, el seguro de crédito a la exportación se convierte en una herramienta indispensable y fundamental aportando asesoramiento, acceso a información del mercado, exhaustiva vigilancia y control de los clientes, garantía de cobro y se facilita la gestión de recuperación de posibles deudas en caso de impago con gran conocimiento de las leyes de cada país. Dicho así parece todo muy sencillo de llevar a cabo pero, no es tarea fácil, difícilmente las empresas disponen de los recursos necesarios para asumir los riesgos que las operaciones de exportación conllevan.

En resumen, un seguro de crédito aporta una venta segura y ayuda a potenciar el crecimiento de las empresas que apuestan por la internacionalización con seguridad y confianza.